Había una vez un cuento que se vistió de vida, conoció a un sueño y caminaron juntos de la mano. De pronto el miedo se apareció y los llenó de temor por un momento, pero el miedo no contaba con que le fe venía en camino para defender los pasos. Si tu vida es un cuento, ten fe porque el único narrador y protagonista de la historia serás tú; nadie más. Cuida tu historia y aprende de ella, para ponerle siempre un final feliz.